lunes, 1 de diciembre de 2008

NOTICIAS DE COACHING

Coaching para ser inconscientemente competente.
(Pilar Jericó, 05/12/2003)
¿Por qué un programa de coaching es una herramienta tan potente para mejorar comportamientos?. Cualquier proceso de modificación de conducta, y máxime si está muy interiorizado, ha de incidir en aspectos emocionales como la autoimagen, las motivaciones, los miedos o las pasiones. Uno de los modelos que analiza el ciclo de aprendizaje personal es la Programación Neurolingüística (PNL). Según la PNL, este ciclo se realiza en las siguientes cuatro fases:
- Inconscientemente incompetente: Pensemos en un jefe de área que no delega. Seguramente ya habrá escuchado comentarios de compañeros, jefes o demás personas que le hayan instado a hacerlo, pero puede que, en el fondo, no sea consciente de ello. El ser humano es especialmente habilidoso para autoengañarse, ¡puede que sea una de nuestras mayores capacidades!. Cuando alguien le hiciera una observación a este jefe sobre el tema, puede que pensara «lo hice yo porque no había nadie capacitado en mi equipo para eso», o «éste no me conoce» o «mis colaboradores ya tienen suficiente `follón´ para aumentarles la carga de trabajo»... Cualquier argumento es válido en una cabeza que no está dispuesta a reconocer una carencia.
- Conscientemente incompetente: Para entrar en esta fase, la persona ha de haberse convencido «de verdad» de que su comportamiento es mejorable. ¿Cómo se logra? Las herramientas de diagnóstico son sumamente importantes para ello. Antes de desarrollar un programa de coaching, se requiere un análisis previo. Y el motivo no es sólo para que el coach sepa qué comportamiento hay que trabajar, sino para que la persona tome conciencia. En nuestro caso, si el coach le presenta y explica los resultados de las encuestas que han rellenado sus colaboradores, jefes y colaterales sobre sus estilos de liderazgo, por ejemplo, en contraste con lo que él opina de sí mismo, es probable que haya más posibilidades de que se sensibilice. La técnica sobre la que se apoya es «socrática», ya que a través de preguntas que le formula el coach al participante le encamina a que identifique sus áreas de mejora. Ahora bien, si el participante se enroca, el coach ha de desarrollar una labor mucho más sutil para identificar el motivo y gestionarlo.
- Conscientemente competente: El jefe de área ya es consciente de que su capacidad de delegación es mejorable, de que puede hacerlo y de que quiere. El querer es absolutamente fundamental para el cambio y máxime cuando involucra las emociones. Para llegar a esta fase, el coach y el participante han debido de definir conjuntamente planes de acción concretos: Conocer de primera mano los temas del día a día que sus colaboradores podrían resolver y asignar responsabilidades, realizar un seguimiento semanal sobre cada una de las tareas delegadas...
- Inconscientemente competente: El jefe de área delega sin necesidad de acordarse de su plan de acción, que se logra después de mucho tiempo practicando. El riesgo que se corre de no llegar a esta fase es cansarsepronto y desertar bajo un millón de excusas posibles: «No tengo tiempo», «acabo antes yo que teniendo que enseñar»... Al principio, la novedad anima, pero cuando luchamos con un comportamiento muy interiorizado, la constancia es un esencial aliado. Por último, no confiarse. Aunque se crea que ya está suficientemente aprendido, puede que los comportamientos del pasado asalten en momentos de tensión o de estrés.

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